Amada hija:

Sé que algún día encontrarás esta página, confío en Dios que sea pronto. Hoy es noviembre 6 de 2008, ya tienes 6 años y 7 meses, y quiero que sepas que nunca, nunca, me he olvidado ni un solo instante de ti. Te he amado desde antes de tu nacimiento y sé que tu también a mí, porque cuando te hablaba en la barriga de tu mamá, te movías con alegría. Guardo en mi corazón el sagrado recuerdo de tu nacimiento. Yo mismo acompañé a tu mamá hasta la clínica donde naciste y gracias a Dios, tus abuelos, mis padres, también estuvieron presentes en ese maravilloso momento. Recuerdo tus hermosos ojos negros mirándome por primera vez. Jamás he vuelto a sentirme tan feliz como ese día. Guardo la sagrada esperanza de volverte a ver, de volverte abrazar, de volver a escucharte llamándome: "Papi". Nunca he dejado ni nunca dejaré de amarte y, mientras tenga aliento de vida, nunca dejaré de buscarte. Sé que no hemos tenido la oportunidad de compartir como padre e hija, infortunadas cosas no lo han permitido, pero el amor sobrepasa todas las barreras, sobrepasa al odio y al rencor y es capaz de vencer al tiempo, por eso confío en Dios, y sé que en un milagro de amor nos unirá de nuevo y para siempre.

Te AMO

Tu papá,

Alvaro De Moya

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